El mérito principal de esta elaborada historia de la lucha entre los incas y españoles es que el autor ofrece una narrativa accesible y orientada a los lectores no especializados del siglo XXI, a la vez que evita caer en las explicaciones fáciles y equivocadas de interpretaciones pasadas, pero todavía de moda. Allí describe la conquista europea del imperio incaico como un proceso y sitúa su texto en un contexto histórico que abarca ambos lados del Atlántico, como debe ser en nuestro actual momento académico cuando estamos reconociendo cada año más las múltiples redes sociales, económicas y culturales que llegaron a entretejer sociedades en las Américas, Eurasia y África. El defecto principal del libro es que busca encontrar similitud entre conceptos de un apocalipsis en sociedades andinas y aquellos presentes en la Europa contemporánea, lo cual resulta sumamente interesante, pero más sugerente que convincente.
Al inicio de este voluminoso tomo de 571 páginas, en una sección titulada »El moderno mito de Cajamarca« (The Modern Myth of Cajamarca), R. Alan Covey pone en duda los métodos y cuestionables argumentos del científico Jared Diamond. Diamond argumenta que la conquista del Perú fue un punto de transformación en la historia humana y lo reduce al choque entre dos visiones del mundo –dos maneras de ser totalmente incompatibles– representado por la captura del Inca Atahualpa en Cajamarca (21).
Covey advierte que es distorsionada la visión de Diamond sobre la captura del Inca Atahualpa porque »the portrayal of Cajamarca in Guns, Germs, and Steel shares many of the values that nineteenth-century writers wove into their own versions of the story, albeit without the emphasis on an innate racial superiority« (22). Aunque cuestionadas, la inevitabilidad de una derrota indígena y la incompatibilidad de las sociedades indígenas en general con el mundo moderno aún son muy difundidas y forman parte de nuestros esquemas mentales. Con su estudio, Covey pone en evidencia que nada fue inevitable en los Andes y que las sociedades indígenas tenían mucho en común con Europa. Esta observación es muy necesaria en un contexto académico y popular donde »[t]his image has proven to be powerfully accesible for millions of readers, as well as academic writers, who have cited Guns, Germs, and Steel in more than 10,000 articles and books« (23). |
En el resto de este libro, Covey no ofrece una síntesis rigorosa de los estudios relevantes en disciplinas como la arqueología y la historia, sino una síntesis de una selección limitada de la historiografía y las fuentes primarias impresas. Guiado por su interés en trazar un paralelo entre el pensamiento apocalíptico andino e ibérico y las creencias en un destino predeterminado entre dos sociedades fundadoras de imperios en dos continentes distintos, Sudamérica y la Eurasia, el autor se pregunta: ¿qué sucede cuando dos grupos se encuentran y luchan entre ellos por el poder y la supremacía entre 1530 y 1650?
La historia que Covey quiere relatar es una de varias posibles interpretaciones. Su línea narrativa pasa por un período de altos niveles de violencia y destrucción, pero también de negociación, acomodación y persuasión, y concluye con la creación de nuevas maneras de organizar la sociedad en el mundo andino, como promete el título. Así mismo, presenta una manera particular de reexaminar los eventos de la invasión y dominación europea y la historia de estos eventos, y lo sitúa en un longue durée que corre desde el surgimiento del Tawantinsuyu y el creciente dominio de Castilla hasta un terremoto devastador en Cusco en el año 1650, que el autor emplea como un punto final y cataclismo. Sin embargo, su interpretación de tantas décadas de historia carece de diálogo sostenido con otros estudios que consideran temas distintos y otros factores relevantes para comprender este período histórico. En consecuencia, su libro no logra identificar para sus lectores las líneas de análisis principales de una vasta historiografía que les permitiría entender su argumento.
Aportando una amplia experiencia en la arqueología andina y la formación del estado inca, donde es un reconocido experto, Covey prioriza las dinámicas estrategias de imposición imperial. Esto da soporte a su narrativa de cómo el mundo andino cambió a lo largo de 120 años, pero sin olvidarse del legado imperial de los incas o separarse de los poderes sobrenaturales del paisaje andino. También señala que conceptos, lugares y reliquias tenían poder, tanto en los Andes, como en la Península Ibérica. En este sentido, el autor toca un tema reconocido por José María Arguedas, quien argumentó sobre algunas conceptualizaciones fundamentales que existían entre los campesinos andinos y españoles. Más tarde, William A. Christian subraya algo similar en sus estudios sobre las prácticas cristianas en la España rural del siglo XVI.
Covey explica que las similitudes entre creencias y prácticas no se limitan a campesinos, sino que también gobernaban las acciones de los emperadores y sacerdotes. Dos ejemplos: primero Covey cree que el concepto de Pachacuti sirve para analizar a Felipe II y su afán por construir el Escorial, coleccionar las reliquias y combatir a los protestantes. Segundo, él hace hincapié en la larga tradición de lealtad que la nobleza inca del Cusco le tenía a la figura del Inca como rey y después al monarca en España.
El autor menciona características que beneficiaron la extensión y la legitimidad imperial y espiritual de los reyes en Castilla y los incas en el Cusco colonial. Por ejemplo, para los españoles, »[t]he spiritual conquest of Cuzco was a significant advance, considering the Inca capital’s former concentration of huacas and specialists« (497). En los linajes incas del Cusco, »Inca noblemen would continue to choreograph a unique cultural place for themselves […] throughout the colonial period, marching in the garb of their imperial ancestors to celebrate the triumph of Christianity« (496). También identifica la influencia de la »fe« y la »profecía«, y argumenta que estos dan forma a los pensamientos y acciones de las élites incas en los Andes y de los Habsburgo en Iberia. Es así que entiende que las historias incas de sus ancestros y el simbolismo de su conquista y conversión en súbditos leales y católicos fortaleció el poder de los descendientes de ambos grupos en Iberia y Cusco. Por ejemplo, leemos, »[l]ike the Inca title, the line of Coyas also became entwined with the Spanish nobility, although it established a legacy that would last until the final years of colonial rule in Peru« (501). Aunque esta discusión es fascinante y estimulante, no convence, porque intenta establecer demasiadas conexiones, abarca un periodo demasiado extenso y compara lugares muy lejanos. Por ello, algunas de las conclusiones suenan forzadas o dependen de comparaciones superficiales.
En un epílogo corto, para subrayar la importancia de la figura del Inca y sobre los rebeldes contra el dominio español, el autor se apoya en casos estudiados por Cecilia Méndez, David Cahill, David Garrett, Charles Walker y John Rowe, entre otros. En esto, el autor repite una línea de análisis establecida por el historiador peruano Alberto Flores Galindo.|
A lo largo del texto, Covey incluye docenas de reproducciones de imágenes en blanco y negro sobre la conquista, la conversión y las élites cusqueñas tomadas de la crónica de Felipe Guaman Poma de Ayala en la Royal Danish Library, la colección de la John Carter Brown Library, la crónica de Martín de Murúa en el Instituto Getty y el Museo de Arte de Lima. Las imágenes seleccionadas no son analizadas de una manera profunda, ni situadas dentro de una marca historiográfica específica (la historia del arte, por ejemplo). En consecuencia, no contribuyen de manera significativa al argumento del libro. Lo que es una oportunidad perdida.
Otra omisión mucho más significante es la falta de atención dedicada a la dinámica historia de los aspectos legales de esta época. Las prácticas implementadas por el Virrey Francisco de Toledo, los períodos de visitas oficiales y las composiciones de tierras son solo tres de los aspectos más sobresalientes que no se pueden ignorar cuando se investiga este período en los Andes, considerando además la compleja historia que los unía a Iberia. Por ejemplo, las reducciones de Toledo buscaban la reubicación de un millón de personas indígenas en el Perú, y si bien es cierto que llevó a cambios en la red de comunidades, la resistencia andina fortaleció otros aspectos de la posición de las comunidades indígenas en la sociedad colonial, como el papel protagónico de los caciques o kurakas. Integrar en su análisis el desarrollo de la normatividad legal en los Andes, o reconocer que aquello ofrece un enfoque analítico y distinto a lo escogido por el autor, habría hecho de Inca Apocalypse un libro más riguroso y más útil para los historiadores.
En conclusión, es un libro apto para un público académico no especializado pero curioso acerca de este periodo en los Andes y algunos de los paralelos sugerentes en la Europa de los Habsburgo.
* R. Alan Covey, Inca Apocalypse. The Spanish Conquest and the Transformation of the Andean World, New York: Oxford University Press 2020, xix + 571 p., ISBN 978-0-19-029912-5